martes, 1 de mayo de 2012

LA GRAN ARMADA EVANGELICA

Debemos todos orar que las varias instancias que provee un año de muestras unidas de amor y testimonio permita que se vaya formando esta Armada Evangélica de tal manera que lleguemos muchos más allá que la Isla de Pascua.

En el mes de las Glorias Navales, los evangélicos del país nos sentimos más incluidos en el qué hacer de nuestra nación, al constatarse que un Capellán Evangélico viaja en el buque La Esmeralda para servir a 22 evangélicos abordo. Sin duda, la presencia y fuerza de la iglesia evangélica en toda su diversidad y riqueza se siente cada vez más en nuestra cultura. Y sin embargo, no es para jactarse demasiado… El Capellán se baja en Isla de Pascua y entre los evangélicos abordo probablemente existan las mismas divisiones que existen en el resto del mundo evangélico chileno, aunque forzados a la unidad por la buena disciplina naval.
Pero ¡estamos avanzando! Recientemente el accionar unido de nuestros líderes lograron presionar de tal manera en el Senado que agregaron peso al argumento contra el Aborto Terapéutico y Chile sigue siendo uno de los pocos países el mundo que rechazó la ley. En esta democracia, aún prevalecen conceptos cristianos en algunos sectores y debemos reforzarlos. Pero nuestro mayor logro, sin duda, lo que mejor hacemos es el de haber alcanzado a tantos chilenos para Jesucristo. Si duda es lo que debemos seguir enfatizando sin distraernos. ¿Qué dirá el Censo? Nosotros proclamamos constantemente “¡Chile para Cristo!” y en el resultado de la encuesta nacional veremos si en efecto se ha estado convirtiendo a Cristo una masa chilena o si sólo se han ido cambiando de iglesias evangélicas, una a la otra, dando la impresión de que “estamos creciendo”. Soy optimista, y pienso que se nos mostrará navegando bien, que estamos avanzando contra los vientos perniciosos y peligrosos de la post cristiandad occidental, la cual nos llega por televisión e internet irrevocablemente.
No sería la primera vez en la historia que el Evangelio es atacado y rechazado a favor de filosofías humano- céntricas, y nihilistas. Por extraño e irracional que parezca, el hombre, vez tras vez, busca fórmulas para vivir apartado de Dios, no creer en El, liberarse del yugo de su Ley. Como decimos en nuestro sermones, sin embargo, el hombre es libre de pecar, pero no es libre de escapar las consecuencias del pecado. Y es así como hoy cosechamos la terrible y masiva consecuencia en hogares destruidos, sexualidad tergiversada, embarazos no deseados, adicciones, suicidios, por sencillamente no recibir y vivir con todo lo que Dios nos ha dado en Cristo. ¡Hay hambre a Dios en tal escenario! El campo está blanco para la cosecha si tan sólo predicamos el Evangelio. Son momentos para formarnos, tomar la oportunidad y predicar con fe la preciosa semilla del Evangelio. Que sea esa nuestra pasión por encima de toda otra acción política o social, por importante que sea.
Ante estos vientos debemos tomar formación naval y navegar en orden. Una Armada comprende grandes buques portaviones y destructores, navetas más pequeñas, submarinos, transportes, corvetas, remolques, una gran variedad. Cada uno es imprescindible en acción. Navegan en cercana comunicación la una con la otra y todas en la misma dirección. Tienen un objetivo un cálculo de tiempos y recursos. Buscan el viento y el clima favorables. Al avanzar así son tremendos y temibles, capaces de conquistar toda una nación desde el mar. ¡Qué locura sería aun pensar que se disparasen voleas de cañonazos transversales el uno al otro! Se hundirían y harían retroceder a los primeros teniendo que atender innecesariamente a las víctimas del fuego propio. Y sin embargo, así nos busca tener el Enemigo a las iglesias evangélicas.
Teme sobre todo una Armada Evangélica unida en propósito y comunicación. No teme su variedad sino más bien el que estén unidos los barcos en su único fin, la conquista de terreno y la destrucción del Enemigo. El que algunos sean grandes iglesias y otras pequeñas, algunos usen televisión y otros la prédica en las calles, algunos estén pintados de calvinistas y otros de arminianos, algunos utilicen Reina Valera y otros Dios Habla Hoy, en nada afecta la marcha de la Armada a no menos que se comiencen a disparar por sus diferencias. Al contrario, una buena comunicación, un respeto al liderazgo, una cercana relación con el Capitán de Capitanes logrará que la mejor coordinación se logre, y también los mejores resultados y avances. Creo que nos estamos dando cuenta de estas realidades, que nos estamos acercando con tímidas muestras de cercanía entre quienes antes ni se hablaban. Estamos aprendiendo a perdonarnos. Debemos todos orar que las varias instancias que provee un año de muestras unidas de amor y testimonio permita que se vaya formando esta Armada Evangélica de tal manera que lleguemos muchos más allá que la Isla de Pascua.
Supe recién de un barco que navegaba cerca de icebergs y cuando un pasajero vio uno muy próximo a la nave, entró en pánico, afectado, sin duda por los muchos recuerdos recientes de la tragedia del Titanic. Subió a buscar con urgencia al Capitán. Cuando lo encontró en la proa del barco vio que estaba tranquilo y silbando… Y allí se relajó el pasajero. Claro, si el Capitán silbaba, todo estaba bien y no había peligro. Si miramos a nuestro Capitán Jesús veremos que no tiene ningún apuro ni está preocupado.
Así, poniendo nuestra mirada en El, podremos navegar hacia una gran victoria y testimonio de fe como evangélicos en este querido país.

Alfred Cooper
Capellán Evangélico en el Palacio de La Moneda

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